Puede que el dormitorio juvenil sea uno de los espacios de la casa que más ilusión nos haga amueblar y decorar porque se trata de ese espacio tan especial que van a ocupar esos seres igualmente tan especiales en nuestras vidas: nuestros hijos.
Vale la pena que dediques tiempo a pensar bien cómo te gustaría que fuera y cuáles van a ser las necesidades presentes y futuras. En este post vamos a intentar evitarte tres de los errores más comunes que se suelen cometer principalmente por falta de previsión o por no tener en cuenta algunos aspectos que con el tiempo compruebas que son importantes.
1. Si no prestas atención al espacio del que dispones, puedes saturarlo o quedarte corto.
Te aconsejamos que compres los muebles teniendo muy presente el espacio y la distribución del dormitorio para aprovechar al máximo su tamaño y posibilidades. Primero, elige el lugar que va a ocupar la cama. Lo ideal es que vaya pegada a una de las paredes para liberar el mayor espacio posible en el centro. El lugar donde se encuentra la ventana es otro factor a tener en cuenta porque esa pared podría servirte para colocar el escritorio con el fin de que reciba luz natural directa. No ignores la funcionalidad de los muebles: cada pieza tiene su importancia y ha de cumplir su papel. Que sean todo lo útiles posible debe ser una prioridad porque os ayudará a tener un espacio más ordenado que ayudará a que tus hijos se sientan cómodos. Intenta, no obstante, que su número o distribución no os dificulten el paso.
2. Si no prevés que tus hijos van a crecer rápido, el dormitorio se te quedará corto enseguida.
Los niños se van haciendo mayores más rápido de lo que crees. Te sugerimos que cuando elijas los muebles de su dormitorio planifiques sus necesidades futuras, o por lo menos algunas de ellas. Por ejemplo, aunque una cama nido no sea algo que te haga falta si tus hijos son muy pequeños, llegará el día – y será más pronto que tarde- que querrán invitar a algún amigo o amiga a quedarse a dormir. No está de más que ya cuentes con una cama extra porque, en cualquier caso, nunca está de más en una casa y seguro que, de una manera u otra, le sacas partido.
3. Si tienes adolescentes en casa, ni se te ocurra decidir por ellos.
Un error bastante común que cometemos todos los padres es no darnos cuenta de que nuestros hijos ya no son niños sino adolescentes. Debemos ser conscientes de que el cambio que se está produciendo en ellos requiere que también cambiemos los padres en cuanto a nuestro comportamiento. Y eso vale para todo. También para escucharles más y tener en cuenta su opinión sobre cómo le gustaría que fuera, en este caso, su habitación. Procura adaptarte a sus gustos e intenta implicarlo en las decisiones. Ten muy presente que su habitación es su refugio. Y es importante que se sienta cómodo y a gusto en él porque lo será durante mucho tiempo. Permítele que elija los colores y estilos que más le gusten. Y tráetelo a nuestras instalaciones para que pueda verlo todo de primera mano. Eso puede clarificar mucho sus ideas.
Si evitas estos tres errores, estamos seguros de que tendrás dormitorio juvenil para rato y tus hijos crecerán en él sintiéndose seguros y felices. Por nuestra parte, os ayudaremos como siempre a elegir lo que más se acerque a vuestro momento vital y a vuestras circunstancias.
Cuenta con ello.