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¿Quién ha dicho que el estilo industrial es frío? Te contamos cómo hacerlo acogedor

Cualquier estilo puede ser matizado. Cada uno tiene características propias que lo definen y lo diferencian, pero eso no quiere decir que tengamos que cumplirlas a rajatabla.  El estilo industrial, por ejemplo, está muy vinculado a los entornos urbanos y la idea de modernidad. Suele decirse que transmite una cierta frialdad visual debido a sus espacios diáfanos -tipo loft- ,sus estructuras metálicas y el uso de la madera envejecida. La preferencia por los colores oscuros o los grises y por los acabados de cemento o ladrillo cara vista contribuyen a subrayar esa sensación.  

Sin embargo, aunque una casa esté inspirada en el estilo industrial hay trucos de decoración que pueden suavizar su aparente frialdad y ayudar a crear un ambiente más cálido, personal y acogedor. Como en tantas otras cosas de la vida, el veneno está en la dosis: es posible encontrar un punto de equilibrio introduciendo determinadas piezas de contraste en el mobiliario y los tejidos que visten las estancias. Las texturas y el colorido pueden romper fácilmente el exceso de monotonía que exhiben sus característicos tonos apagados.

Vamos a darte algunas claves para conseguirlo.

Te recomendamos que uses, como principal elemento de ruptura, los sofás y/ o sillones del salón. Por su volumen, suelen tener bastante protagonismo en la imagen de conjunto. Siendo puristas, el estilo demandaría por ejemplo un tapizado en piel tipo cuero en tonos más bien oscuros. Pues si eliges por el contrario un tapizado de colores arena, ya estás incorporando un elemento de calidez de bastante peso que va a contrastar e incluso contradecir esa tendencia inicial a la frialdad.   

En función de tu carácter más o menos atrevido, también puedes decantarte por un mostaza o un anaranjado. El efecto es muy potente, aunque puedes suavizarlo con cojines de la misma gama, pero en tonos más claros. 

El mismo argumento nos vale para las cortinas o estores.  Pero, atención, debes usar este recurso del color en un número reducido de elementos para no pasarte. Ten en cuenta que se trata de matizar, no de anular el aire industrial. Otras opciones menos intensas, pero igualmente válidas para lograr el equilibrio que buscamos, son el blanco roto, el beige piedra y el verde oliva. Además, son colores  de los que apetece mucho rodearse en verano  y aportan un toque distinto que nos aleja de los ambientes menos luminosos más propios de los meses invernales.  Una cosa más respecto a los textiles: recurre siempre a los tejidos naturales. Respiran mejor, son hipoalergénicos, no cargan el ambiente como lo hacen los sintéticos y son mucho más agradables al tacto.

Te hemos hablado de los elementos de contraste, pero es importante subrayar que han de ser excepcionales. Si pretendes mantener el estilo, han de primar los elementos básicos e imprescindibles que lo definen. De lo contrario, corres el riesgo de descafeinarlo demasiado. Entre los muebles que no pueden faltar están los aparadores de acero,  mesas de comedor que combinen a tu gusto la madera envejecida, el cristal y el metal. Una lámpara colgante que destaque y marque estilo también es recomendable . Te aconsejamos igualmente elegir vitrinas ligeras que muestren lo que quieras guardar en su interior  ( por ejemplo, libros o la cristalería) y estanterías que recuerden a las que suelen usarse en talleres o naves industriales.

Una vez  seleccionado el mobiliario y teniendo clara la necesaria búsqueda del equilibrio, volvemos a sugerirte algunas ideas más que alimenten  el contrapunto. Como te decíamos, los textiles son nuestros aliados para suavizar el estilo. Además de las cortinas y los tapizados, presta atención a las alfombras. Los colores son importantes, pero vamos a añadirte un nuevo elemento: las texturas.  Nada más lejos de la frialdad que una buena alfombra mullida o de fibras naturales. Las mantas del sofá – o las telas en época estival- pueden también ayudarte a crear un mayor confort. 

Como ves, no es tan difícil limar un poco el riesgo de crudeza de un estilo que, por otra parte, es impactante, muy potente y un reto interesante tanto para los decoradores como para sus usuarios.  Sin duda, puede ser acogedor y familiar sin perder su identidad. Si tienes dudas, consúltanos. En tu tienda de La Factoría más cercana tenemos la visión de conjunto y la experiencia para ayudarte a encontrar el  equilibrio dentro de un estilo caracterizado por una personalidad tan marcada. 

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